sábado, 25 de agosto de 2007

“Hay silencios que hieren, pero hay palabras que curan”.

Domingo de Guzmán vivió en forma real esta frase, la hizo suya en su vida, siempre supo que el entregar una palabra a quien la necesita es una actitud que puede ayudar, y mucho mas cuando es llevar la Buena Nueva, el mensaje de Cristo.
Hay veces que callamos verdades o ocultamos cosas, por el temor a la vergüenza, el no querer ser rechazado, o simplemente por cobardía. Algunas veces esas verdades liberarían a algunos de angustias o tristezas. Si yo he aprendido algo en esta corta vida, eso es que no existe nada mas valioso y valiente que decir la verdad, es ahí en donde se prueba la madures de las personas. Dicen por ahí que la madures de una persona se mide por dos cosas, uno por la calidad de las relaciones amorosas (Celos, inseguridades, temores, etc), y segundo por la cantidad de mentiras que dice.
Muchas veces también decimos, no si yo no miento, solo “oculto información”, pero al ocultar información, también mentimos y puede llega a ser igual o peor en gravedad. Por eso yo no acostumbro mentir, ese ha sido un valor que mi familia a creado en mi, por mas mínima que sea la mentira, es mentira al fin y al cabo, la forma de evaluar la gravedad de una mentira es ver a cuantas personas daña, pero talvez es mas apropiado decir, que tanto hace sufrir a esa o esas personas.
Buscar la verdad, y defender la verdad, es una de las experiencias mas atractivas de la vida, siempre y cuando esa verdad que buscamos, encuentra respuesta en la persona de Jesucristo, el mismo nos dice “Yo soy la Verdad, a Luz y el Camino”.
Les invito a ustedes a ser defensores de esta verdad, porque no puede existir persona que se haga llamar Cristiana y no defienda esta verdad.